Soltar

Como soltar conscientemente

Soltar es permitir que la emoción no te domine, es abrir un umbral hacia la verdadera libertad interior, es reconocer que la energía tiene vida propia dentro de ti ,es el primer gesto de sabiduría; verla, acogerla y comprender que no eres prisionero de ella, sino el guardián de su transformación. Así, al separarte de esa carga, no la rechazas ni la niegas; simplemente la devuelves al flujo, evitando que intoxique tu conexión con el otro.

Cómo soltar conscientemente:

Soltar conscientemente es un acto sagrado. Busca un lugar tranquilo donde no seas interrumpido. Siéntate con la espalda erguida pero relajada, cierra los ojos y comienza a respirar profundo y lento , dejando que tu cuerpo se entregue al momento. Esta es una práctica de liberación interior, un ritual de transformación.

1. Identifica la emoción o el dolor
Lleva tu atención hacia adentro y permite que emerja aquello que pesa: una emoción, un recuerdo, un enojo, una tristeza. No lo juzgues ni lo niegues, simplemente obsérvalo. Dale forma en tu mente: ¿es un fuego, una piedra, una sombra? Dale color, textura, volumen. Cuanto más claro lo percibas, más fácil será trabajarlo.

2. Lleva esa energía al corazón
Con tu respiración, imagina que recoges esa emoción desde donde esté alojada (mente, estómago, garganta) y la conduces hacia tu chakra del corazón, en el centro del pecho. Visualiza allí una luz suave, cálida, que recibe esta energía sin miedo. El corazón es un crisol, todo lo que entra puede ser transformado en luz.

3. Visualiza la transformación
Ahora, contempla cómo esa emoción comienza a separarse de ti. Mírala como si la depositaras en tus manos o frente a ti. Observa cómo cambia de forma, cómo su densidad se disuelve. Puede volverse más ligera, expandirse en luz, desintegrarse como humo. No luches contra ella, simplemente observa su metamorfosis con confianza.

4. Reafirma una nueva intención
Cuando la emoción se haya suavizado, formula en tu interior una nueva verdad para tu vínculo (con la persona, contigo mismo, con la vida). Puedes repetir mentalmente: “Que todo fluya en armonía, con transparencia y amor consciente.” Siente cómo estas palabras crean una vibración que reemplaza lo viejo por lo nuevo.

5. Sostén el enfoque
Permanece en silencio unos minutos más, respirando en esta nueva energía. Imagina que con cada inhalación fortaleces esta vibración, y con cada exhalación te desprendes de lo que ya no es tuyo. La constancia es la clave, tu conciencia debe sostener este estado una y otra vez, hasta que se vuelva tu realidad natural.

Cuando sientas que es suficiente, lleva tus manos al corazón, agradece por el proceso y abre suavemente los ojos.

El enfoque constante es el secreto, tu atención es como agua que riega la semilla de lo nuevo, hasta que eche raíces en tu vida. Cada día que sostienes la intención, la vibración se acomoda y lo denso se disuelve.

Y entonces sucede la alquimia, la tensión emocional entre ambos se suaviza, se abre un espacio donde ya no hay lucha ni necesidad, sino un deseo puro de compartir. La comunicación se vuelve clara, desnuda de máscaras, y la magia del vínculo respira otra vez. Como un río que, al encontrar su cauce, corre sin esfuerzo, así también el amor recupera su frescura y su misterio, recordándote que todo lo que aprietas se endurece, y todo lo que sueltas aprende a brillar por sí mismo.

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